Científicos han desarrollado en los últimos años estudios detallados de cómo la adicción interrumpe las vías y los procesos que subyacen al deseo, la formación de hábitos, el placer, el aprendizaje, la regulación emocional y la cognición, después de pasar décadas investigando los cerebros de animales de laboratorio amantes de la droga y escaneando el cerebro de voluntarios humanos.
La adicción, causa cientos de cambios en la anatomía del cerebro, su química y la señalización de célula a célula, incluso en las brechas entre las neuronas llamadas sinapsis
Los circuitos del placer.
La adicción causa cientos de cambios en la anatomía del cerebro, la química y la señalización de célula a célula, incluso en las brechas entre las neuronas llamadas sinapsis, que son la maquinaria molecular para el aprendizaje. Aprovechando la maravillosa plasticidad del cerebro, la adicción remodela circuitos neuronales para asignar valor a la droga, a expensas de otros intereses como la salud, el trabajo, la familia o la vida misma.

Se llama neurotransmisión dopaminérgica y consiste en que la droga va sustituyendo las recompensas naturales del organismo, como pueden ser la comida o las relaciones sexuales. La droga, el cigarrillo o el consumo de alcohol puentean las funciones y utilizan el mismo mecanismo para hallar una sensación de placer en el cuerpo. Las personas que desarrollan una adicción, van desarrollando el concepto de tolerancia en su organismo, por lo que van a necesitar cada vez más droga o el cambio a otra más fuerte, ya que el efecto de una cantidad pautada o tipo de estupefaciente ya probado, no va a a alcanzar para llegar al placer
El consumo de algunas sustancias produce una liberación de dopamina que puede ser mucho mayor y su efecto más duradero que el que producen algunas conductas que usualmente producen placer como por ejemplo comer, escuchar música y la actividad sexual. De esta manera, se sobreestimula el circuito de recompensa a través de una liberación incrementada de Dopamina “enseñando” al cerebro a repetir esta conducta y motivando a la persona a continuar consumiendo.
Los cambios en el cerebro
Alcohol
El consumo de alcohol afecta a la química cerebral al alterar los niveles de neurotransmisores químicos que transmiten las señales que controlan los procesos de pensamiento, comportamientos y emociones.
El alcohol aumenta los efectos del neutrotransmisor GABA en el cerebro, el cual provoca movimientos lentos y dificultad para hablar.
El cortex prefrontal regula la impulsividad e interviene en la organización del comportamiento. El alcohol afecta las conexiones en estas áreas y provocar que se hagan cosas impulsivas que no se hubieran realizado en situaciones normales.
Muchas drogas como la cocaína, la ketamina o el éxtasis, tienen fenómenos activos en diferentes áreas, como por ejemplo la cerebrovascular. Pueden causar hemorragias en el cerebro, arritmias cardíacas, Fibrilación Auricular (FA), aumento la coagulación de la sangre, espasmos en las arterias, e incidentes de isquemia.
fuente: infobae.com