En España, Cada vez son más los casos de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). En los últimos años se han multiplicado por 30 sobre todo en niños de 8 a 12 años. José Ramón Ubieto, psicoanalista y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), señala en su libro Niñ@s hiper, “los niños están siendo sobrediagnosticados, son etiquetados rápidamente de TDAH, haciendo del TDAH una epidemia”
según los últimos estudios de prevalencia de ese trastorno del Instituto Nacional de Seguridad Social, en España, más de 250.000 menores toman psicoestimulantes para combatir el TDAH.
Medicación por diagnóstico TDAH
La medicación por diagnóstico de TDAH tiene un efecto de “freno de la angustia” tanto para el paciente, como para su entorno familiar, porque piensan que ésta puede ser la solución, aunque entre los padres acaba surgiendo un sentimiento de culpabilidad en el caso de que no funcione, mientras que el profesional sanitario al prescribir la medicación “se tranquiliza un poco”, argumenta Ubieto. Además, recalca que “debería tenerse en cuenta el contexto de cada persona y entender que hay reacciones que forman parte de la normalidad”
Es preciso entender que hay reacciones que forman parte de la normalidad, entre las que cita cierta “rebeldía en los adolescentes, nerviosismo, falta de atención o tristeza tras vivir procesos de duelo, separaciones de padres, clima familiar tenso, o abusos sexuales, entre otros posibles escenarios”
Al tratarse de un fenómeno que se observa básicamente en la escuela, “pienso que la respuesta tendría que pasar primero por ver qué estrategias educativas se podrían aplicar en cada caso y siempre en conexión con la familia”, argumenta el especialista.
Hay alternativas a la medicación para el TDAH que se debería abordar desde la psicología para reconducir conductas y “analizando el contexto escolar específico”, ya que la prevalencia actual del TDAH “disminuiría sólo modificando las estrategias educativas, como que no se pida a los niños que estén cincuenta minutos sentados en una silla y concentrados”, pronostica este especialista
Efectos secundarios de la medicación para TDAH
La medicación para el TDAH “tiene efectos secundarios en la salud como problemas en las arterias, riesgo cardiovascular, dificultad para ganar peso y retraso del crecimiento, además de una percepción de pérdida de responsabilidad de la persona ante dificultades. “Cuando un niño o adolescente toma esta medicación durante temporadas largas, y en ocasiones sin controles frecuentes, tiende a generar la creencia de que lo que le pasa no es responsabilidad suya, sino de su bioquímica cerebral, ha valorado Ubieto.
En países como Francia o Suecia, “llama la atención que el uso de psicoestimulantes prescritos para el TDAH es prácticamente nulo”, según el libro, lo que Ubieto ha atribuido a una “posible presencia menos activa de la industria de laboratorios y de medicamentos”.
En cambio, la situación en Estados Unidos “es aún más alarmante que en España”, ya que en la última década los casos han aumentado un 53% y el TDAH se sitúa como el segundo diagnóstico más frecuente en menores, muy cerca del primero, que es el asma y donde el 20% de los estudiantes de secundaria están diagnosticados de TDAH, según el autor.