La depresión puede aumentar el riesgo de fibrilación auricular, (el trastorno del ritmo cardíaco más común que puede conducir a la formación de coágulos sanguíneos y derrames cerebrales), según una investigación presentada en las Sesiones Científicas de Salud Cardiometabólica y Estilo de Vida/Epidemiología y Prevención 2018, organizadas por la Asociación Americana del Corazón
Los participantes en el estudio que obtuvieron los puntajes más altos en una prueba de detección clínica de la depresión, así como los que tomaron medicamentos antidepresivos, tuvieron más de un 30% más de riesgo de desarrollar fibrilación auricular que las personas con puntuaciones normales y quienes no tomaron medicamentos para la depresión
Los resultados sugieren una asociación entre dos trastornos muy comunes, un hallazgo que exige mayor investigación y una mayor conciencia entre los médicos y los pacientes, según los investigadores. Los hallazgos provienen del estudio nacional multiétnico de aterosclerosis (MESA, por sus siglas en inglés), que involucró a más de 6.600 personas de diversos grupos étnicos. Los participantes, con una edad promedio de 62 años, no presentaban enfermedad cardiaca conocida al inicio del estudio y fueron seguidos durante una media de 13 años.
Estos hallazgos añaden más credibilidad a la noción de que la salud mental y la salud cardíaca están estrechamente entrelazadas, lo que subraya investigaciones previas que muestran una relación entre la depresión y la enfermedad cardíaca. “Los médicos y los pacientes deben ser conscientes de que la depresión ha demostrado en varios estudios que es un factor de riesgo para la enfermedad cardíaca en general y, en este estudio, también para la fibrilación auricular –apunta Garg– profesor asistente de Medicina Clínica en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles, Estados Unidos. “Tratar la depresión es importante por muchas razones, incluida la salud cardiovascular”.
No se sabe exactamente cómo la depresión interrumpe la función cardíaca, dicen los investigadores, pero se han sugerido varios mecanismos posibles. Estos incluyen niveles elevados de inflamación, así como niveles elevados de ciertas hormonas que interfieren directa o indirectamente con la capacidad del corazón para mantenerse en un ritmo normal.
La fibrilación auricular se produce cuando las dos cámaras superiores del corazón comienzan a temblar caóticamente, lo que compromete su capacidad para impulsar la sangre hacia las dos cámaras inferiores del corazón. Cuando la sangre se acumula en las cámaras superiores, puede conducir a la formación de coágulos, que a su vez puede causar un derrame cerebral. La fibrilación auricular no tratada duplica el riesgo de muertes relacionadas con el corazón y se asocia con un riesgo cinco veces mayor de apoplejía.
Fuente: (EUROPA PRESS)