No cabe ninguna duda de que el consumo de alcohol es muy nocivo para la salud. Además, no hace falta que este abuso sea continuado o ‘crónico’. Para dañar notablemente el organismo, basta con ingerir esporádicamente grandes cantidades de alcohol en un tiempo mínimo. Un consumo en ‘atracones’ o ‘binge drinking’
Según un estudio realizado con universitarios de España, y publicado en la revista «Frontiers in Behavioral Neuroscience», un único episodio mensual de ‘atracones’ es suficiente para provocar alteraciones cerebrales típicas de los adultos alcohólicos.
Como explica Eduardo López-Caneda, director de la investigación, «numerosos estudios han evaluado los efectos del ‘binge drinking’. Sobre distintos procesos cognitivos, caso de la memoria de trabajo. Sin embargo, no se han realizado investigaciones para analizar si estos cerebros muestran diferencias en estado de reposo».
Daño cerebral
Los autores incluyeron en el grupo de ‘binge drinking’ a estudiantes que habían consumido alcohol en atracones al menos una vez en el último mes. Y de acuerdo con los resultados, este único episodio fue suficiente para mostrar alteraciones de la actividad cerebral en reposo. Concretamente, los autores detectaron un aumento notable en algunos parámetros electrofisiológicos específicos. –oscilaciones en las ondas beta y theta– en el lóbulo temporal derecho y en la corteza occipital. Unas alteraciones que, sorprendentemente, ya se habían observado en los cerebros de los adultos con alcoholismo crónico.
Los atracones tienen efectos neurológicos sobre la memoria y aprendizaje en la misma medida que el consumo crónico de alcohol.
Pero, estas alteraciones electrofisiológicas, ¿qué consecuencias tienen para el cerebro y su funcionamiento? Pues, básicamente, pueden conllevar una disminución de la capacidad de respuesta ante estímulos externos y dificultades potenciales en la capacidad de procesamiento de la información. Es más; también podrían ser uno de los primeros signos de daño cerebral inducido por el alcohol.
Fuente: .abc.es