Medio millón de jóvenes españoles de 14 a 18 años se han emborrachado en el último mes. Más de 361.000 son menores. Y la edad de inicio del consumo de esta droga se reduce cada año. Ahora mismo está fijada en España a los 13,8 años.
Además, el 32,2% de los adolescentes bebe dándose un atracón. Es lo que se conoce como «binge drinking». Estas cifras «absolutamente alarmantes» según el presidente de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD), Ignacio Calderón, sitúan al alcohol como la sustancia preferida por los jóvenes españoles.
Consumos como el modelo anglosajón, de atracón de alcohol en pocas horas, están haciendo mucho daño», afirmó Calderón, quien recordó que las fiestas etílicas son consideradas como algo «normal», cuando todos los estudios científicos señalan que el desarrollo completo del cerebro humano no se alcanza hasta los 20 años por lo que está probado que estos excesos repercuten negativamente en el posterior desarrollo físico, psicológico y mental de los jóvenes.
Según un reciente estudio de La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) «muestra un retrato fiable de lo que se puede encontrar hoy un menor en la calle: les resulta muy fácil conseguir alcohol, más de la mitad que intenta comprar alcohol lo consigue, cuando está prohibido por ley, ha explicado la organización en un comunicado. Es por esta razón que la solución a la problemática del consumo de alcohol entre menores no pasa únicamente por introducir nuevas leyes y restricciones sino, en primer lugar, que la ley que hay «se cumplan» señaló el presidente de la FAD.
Señales de alerta
Existen factores poblacionales de riesgo que condicionan el consumo de alcohol en adolescentes y preadolescentes. Si el menor ha sufrido algún tipo de maltrato o abuso, sufre ansiedad, o trastornos de depresión y déficit de atención e hiperactividad (TDH), es posible que recurra a la ingesta de tóxicos para «evadirse de la realidad», según explica Iñaki de Arancibia, médico de Familia y Medicina Psicosomática.
¿Qué señales pueden alertar a familias y profesores del consumo de alcohol de menores que tienen a su cargo?
Es «esencial» dotar a los adultos en contacto con adolescentes de las herramientas necesarias para hacer frente a esta situación. Por ello «si comienzan a bajar en el rendimiento escolar o se produce absentismo, cambio de personalidad, (se vuelven más introvertidos, o en algunos casos agresivos). Si suspenden muchas asignaturas y se estropea la comunicación en casa por sus cambios de actitud», ya hay razones suficientes para permanecer alerta.
Fuente: abc.es