Un terapeuta, para poder desarrollar con acierto el ejercicio de la terapia no basta solo la formación académica específica, existen otros factores que inciden claramente en la calidad y en la consecución de los objetivos de la terapia. Nos referimos a las capacidades, habilidades y características personales del propio terapeuta.
Estos aspectos pueden determinar que la relación terapéutica que se establezca tenga una calidad y fortaleza que ayude en la resolución de la problemática planteada, o por el contrario, que sea tan débil o inadecuadamente construida que genere efectos contrarios a los deseados.
Así, el punto central ha de ser el establecimiento de una buena relación terapéutica, que permita que los participantes en dicha relación se sientan cómodos y seguros.
¿De qué características hablamos? ¿Están definidas? Seguramente se podrían enumerar muchas y variadas, pero en el siguiente vídeo mencionaremos algunas de las que nos parecen muy ilustrativas e importantes.