Fumar está relacionado con más de veinticinco enfermedades y es responsable del 85 por ciento de casos de cáncer de pulmón. En efecto, se calcula que en España, alrededor de 60.000 personas mueren al año producto de enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco; pero, ¿por qué el tabaco es tan nocivo para la salud?; a continuación se presentan algunos componentes del tabaco y su efecto en el cuerpo:
Componentes del tabaco y sus efectos en el cuerpo:
Un cigarro contiene alrededor de cuatro mil sustancias químicas, de las cuales 200 son venenosas y 40 de ellas, cancerígenas. En efecto, muchas de estas sustancias causan cáncer y otras tantas pueden causar enfermedades cardíacas, pulmonares, u otros problemas de salud graves. Algunas de estas sustancias son las siguientes:
Nicotina: Estimulante y depresor neuroendocrino, droga adictiva. Se deposita en los pulmones del fumador en forma de una potente mezcla de partículas y gases. Es rápidamente absorbida en la sangre y llega al cerebro aproximadamente en 10 segundos.
Alquitrán: Cancerígeno. Es un residuo negro y pegajoso que contiene miles de sustancias químicas que se desprenden en el humo del cigarrillo, sus restos quedan depositados en el pulmón obstruyendo los bronquios y afectando la respiración.
Monóxido de carbono: Veneno, presente en el humo de escape de los coches. Causa enfermedades vasculares y cardíacas en los fumadores.
Entre otras de muchas sustancias más se pueden mencionar:
Fenol: Cancerigeno e irritante.
Cresol: Cancerigeno e irritante.
B-Naftilamina: Cancerigeno.
N-Nitrosonornicotina: Cancerígeno.
Benzo pireno: Cancerígeno.
Oligometales: (Ej.: níquel, arsénico,…) Cancerigeno.
Indol: Acelerador tumoral.
Carbazol: Acelerador tumoral.
Cateco: cancerígeno
Asimismo, la acción cerebral que produce el consumo de tabaco es:
Acción cerebral.
Cuando un fumador inhala nicotina, el humo es absorbido en los pulmones, pasa al torrente sanguíneo y con extraordinaria rapidez (aproximadamente 7 segundos) llega al cerebro, lugar donde reside la adicción, a través de la arteria pulmonar. Es esta acción casi inmediata entre la inhalación y su efecto en el cerebro la que contribuye al alto poder adictivo de la nicotina.
La nicotina produce la liberación de ciertos neurotransmisores -sustancias químicas producidas por una célula nerviosa capaz de alterar otra-, como la dopamina y la norepinefrina. Investigaciones recientes demostraron como la nicotina produce un exceso de dopamina en el núcleo accumbens en el cerebro del fumador, afectando el ciclo neural del placer y la recompensa, lo que trae como consecuencia la necesidad por la droga y la dependencia.
Asimismo, cuando una persona adicta no consume nicotina hay una liberación anormal del neurotransmisor llamado norepinefrina que se concentra en las neuronas del locus ceruleus, produciendo el síndrome de abstinencia a la nicotina. Por otra parte, la nicotina cuando penetra en el cerebro, es capaz de adherirse a los receptores de un neurotransmisor llamado acetilcolina e imitar la acción natural de éste, lo cual puede causar y afectar el movimiento muscular, cambiar el ritmo cardíaco, la respiración e incluso la capacidad para recordar cosas.
La nicotina también produce la liberación de otros neurotransmisores como: Gaba, péptidos opiáceos, serotonina y vasopresina. Recientes conclusiones científicas catalogan el tabaquismo como una enfermedad adictiva no curable, que precisa un tratamiento.
Fuente: url.edu